Επιμέλεια: Εύα Πετροπούλου Λιανού
CUANDO SE INCLINÓ EL EJE DE GIRO DE LA TIERRA: DE CARLOS HUGO GARRIDO CHALÉN
En el hocico brutal
de la emboscada,
el viento que de ceñida vagaba
a palo seco,
llenó de malos presagios
los barbechos
y entonces el mal se afincó
en las huellas gordas
de todos los abismos
y en el vertedero,
en donde se llenaba de incógnitas
la cabuyería,
productos químicos
aparte de los desechos plásticos
que matan anualmente
un millón de aves y más de 100 mil especies
en todo el Planeta
emborracharon de veneno
el alambique.
Los hidrocarburos y plaguicidas
sembraron el caos
en la rúa
y de basura espacial
el cántaro del Cielo.
Y en el meridiano magnético
crujió la anchura
y a sotavento
la ignominia.
El egoísmo
del depredador
le daba vueltas de campana,
con su instinto de violín,
a todos los recintos
incluyendo a los océanos,
los arroyos
y los ríos
y en las laderas del asesinato,
gimieron las clavijas
y cuando en la pendura,
el agua reclamaba su derecho,
se inclinó el eje de giro de la Tierra
y ya nada fue igual
en el atascadero.
Nada, absolutamente nada,
en el campo del berenjenal
y la canela.
